Diálogos de paz en la Habana Cuba
Las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente electo Juan Manuel Santos y las FARC que iniciaron formalmente el 18 de octubre de 2012, Estos diálogos tuvieron lugar en Oslo y en la actualidad se desarrollan en La Habana, Cuba, su objetivo según el gobierno es la terminación del conflicto y según las FARC el buscar la paz con justicia social por medio del diálogo, según palabras de Iván Márquez, uno de los miembros del equipo negociador de las FARC.
Esta Negociación se fracciona en cuatro fases la primera que fue la etapa de acercamientos secretos y conversaciones exploratorias durante seis meses ,la segunda que es la concertación de los acuerdos constan en discutir la política de desarrollo agrario integral, el participación en política que tendrían miembros de las FARC ante una eventual dejación de armas, el fin del conflicto por lo menos en lo que concierne a la incidencia de esta guerrilla a la actual política de drogas, y por último la reparación a las víctimas, tanto de las FARC como del Estado , la tercera que es la refrendación y la cuarta que será la implementación de éstos.
Si algo está claro en este proceso de paz, que arrancó en forma el 19 de noviembre del 2012, es que los avances que se han logrado en las negociaciones con la guerrilla son históricos y realmente claves para ponerle punto final a más de 50 años de guerra.
En estos 18 meses de diálogos se han evacuado 3 de los 6 puntos que conforman la agenda de diálogo incluyendo el de la refrendación de los acuerdos cuyo contenido ataca y transforma los orígenes de la confrontación armada.
De hecho, el primer punto, “política de desarrollo agrario integral”, aborda, entre otros aspectos, temas relacionados con el “acceso y uso de la tierra”, lo que a juicio de varios historiadores y analistas es el germen del conflicto interno más viejo del continente.
No son pocas las voces que coinciden en que la desigualdad rural fue la que llevó a que varios campesinos se armaran para confrontar al Estado. Por lo tanto los negociadores de La Habana anunciaron el 21 de junio del 2013 que uno de los principales pilares del acuerdo logrado en materia agraria es el desarrollo de una “reforma rural integral”, cuyo eje central es cerrar la “brecha entre el campo y la ciudad” para garantizar la “erradicación de la pobreza” y la “promoción de la igualdad en el campo”.
Dentro de estas negociaciones se reconoce la importancia de fortalecer la economía campesina, por lo que se trazará una frontera agrícola y se admitió desde el Estado la necesidad de promover las zonas de reserva campesina. Si bien varios de estos puntos no están exentos de polémica, como el relacionado con la “formalización de la propiedad”, nadie niega que es un paso fundamental para acabar la guerra. Según dijo el presidente Juan Manuel Santos “se traduce en más inversiones y desarrollo para el campo, y en mejores condiciones de vida para nuestros campesinos”.
La “participación política”, el segundo punto sobre el que se logró un acuerdo entre el Gobierno y las FARC el 8 de diciembre del 2013, también es un avance histórico en materia de participación e inclusión. A partir de este acuerdo no solo se estableció impulsar “cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos”, incluidos los que “surjan luego de la firma del acuerdo”, sino que habrá curules especiales en la Cámara para las regiones más golpeadas por el conflicto.Serán temporales y no representan un pase directo para que las FARC lleguen al Congreso, ya que también se elegirá en las urnas a quienes las ocupen. “Todos, sometidos a las reglas de la democracia”, enfatizó Santos.
Otro de los puntos tratados sin lugar a dudas, fue la “solución al problema de las drogas ilícitas” dando un avance para erradicar el narcotráfico. Este tema, seguramente, será materia de análisis en el exterior.
Lo que falta por negociar no es fácil, pero algunos aspectos de esos puntos ya han sido abordados en la mesa de La Habana y no se descarta según el Gobierno y la propia guerrilla que antes de finalizar este año se firme el acuerdo final para terminar el conflicto.
Los miembros de esta mesa negociadora por cada delegación está limitado a un número de treinta personas, diez de las cuales son las que pueden participar de la mesa por ocasión. Cada comisión dispone de un jefe, no obstante todos los miembros son negociadores y tienen acceso a la divulgación de comunicados conjuntos y unilaterales.
La delegación que designó el gobierno de Santos está liderada por el ex vicepresidente Humberto de la Calle y ha contado con la participación también de Sergio Jaramillo Caro,Frank Pearl ex comisionado de paz, Luis Carlos Villegas empresario colombiano, Enrique Santos hermano del presidente, Alejandro Éder consejero presidencial, el general en retiro de la policía Óscar Naranjo y el también retirado, general del ejército Enrique Mora Rangel, entre otros. En tanto que la delegación de las FARC está integrada por alias Iván Márquez como jefe negociador, «Jesús Santrich», «Rodrigo Granda», «Simón Trinidad» quien se encuentra recluido en una cárcel de Estados Unidos , «Andrés París», «Marcos Calarcá», «Pablo Catatumbo» quien ingresó al equipo, meses después del inicio del proceso ,Tanja Nijmeijer insurgente de origen holandés, «Sargento Pascuas», «Mauricio Jaramillo», entre otros.
Dentro de los acuerdos y conversaciones dadas durante un año de negociaciones y cuando muchos no le apostaban a que al final de este año las FARC y el Gobierno colombiano tuvieran resuelto el segundo punto de la agenda, los negociadores darán a conocer el resultado de esta ronda que involucra la futura participación en política del grupo guerrillero. Según un comunicado conjunto en el que se informan las conclusiones a las que se llegaron sobre este segundo punto de la agenda, que es visto como bastante polémico.
El presidente Juan Manuel Santos se mostró optimista sobre el acuerdo al que hayan llegado el Gobierno y las FARC que será anunciado . «Aunque el pan se puede quemar en la puerta del horno, estoy optimista», dijo. Aseguró que el reto será el posconflicto y que espera que pronto se logre la anhelada paz. Así mismo, dijo que todos los avances se dan gracias a la labor de los soldados que han luchado por la paz de Colombia.
Por otra parte Según el representante de la mesa de negociaciones anuncio que las partes han llegado tan lejos y ha invertido mucho capital político, por lo que es difícil romper las negociaciones. Las expectativas se crean incluso en una población escéptica en Colombia, pero el punto más difícil es el de la justicia, la responsabilidad penal y una comisión de la verdad. Según Iván Márquez aseguró que no ve la cárcel como una opción después de haber luchado toda su vida y que el comandante quiere un acuerdo de paz, pero a su propio ritmo y sin influencias externas.
A principios de este año, el Gobierno y las FARC se pusieron de acuerdo sobre la tierra y la agricultura, pero la agenda sigue con más capítulos difíciles y se ha dicho que no hay un acuerdo definitivo sobre la mesa antes de que estén de acuerdo en todos los puntos.
Con este reconocimiento debería venir un proceso de reparación a las víctimas, que incluya la restitución de las tierras despojadas a muchos campesinos y un compromiso firme de abandonar las armas y el narcotráfico.
Los costos y los compromisos no serán solo para las Farc. El Gobierno y el resto de los colombianos también tendremos que asumir unos costos y unos compromisos que deberán cumplirse si queremos una paz sostenible en el tiempo. Una forma que resulta útil para analizar y socializar el proceso de paz es como un proyecto de inversión a largo plazo, que tiene unos costos de corto plazo, unas inversiones necesarias de mediano plazo y unos retornos de largo plazo.
Vamos por partes. Si en La Habana no se está negociando el modelo económico, los retornos de largo plazo de alcanzar la paz son más o menos ciertos y evidentes: una mayor tasa de crecimiento económico, un modelo de desarrollo económico que sea más equitativo e incluyente, menores niveles de violencia especialmente en las zonas rurales, pero no necesariamente en las ciudades ni en zonas con presencia de cultivos ilícitos y rutas de narcotráfico y especialmente, un país más democrático y en donde se respeten más los derechos humanos.
Estas inversiones sociales y económicas en zonas aisladas deberían traducirse rápidamente en más y mejores servicios de salud y educación, en mejoras significativas en la calidad y eficiencia del sistema de procuración de justicia, y en más y mejores carreteras que conecten zonas del país que históricamente han estado aisladas de los principales mercados.
Dentro de estas negociaciones se presentan unas consecuencias en el país a partir de cada acuerdo pactado en la mesa de negociaciones. En cuanto a las cosas buenas que traen los diálogos de paz Ante la posibilidad de que el Gobierno Nacional inicie en corto tiempo diálogos de paz con el ELN, se han despertado varios interrogantes sobre las ventajas y desventajas que podría traer este proceso si se inicia en próximas semanas. Ante la posibilidad de que el Gobierno Nacional inicie en corto tiempo diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se han despertado varios interrogantes sobre las ventajas y desventajas que podría traer este proceso si se inicia en próximas semanas.
Algunos especialistas opinaron sobre el tema y podría decir que a favor encontramos que hay un buen ambiente para la paz en Colombia, gracias al proceso que se desarrolla con las Farc en La Habana Cuba. Para el exconsejero presidencial de paz Carlos Eduardo Jaramillo, “hoy la gente quiere que también se negocie la paz con el ELN”.
Pero para eso es necesario acabar las violaciones a los Derechos Humanos por parte del ELN. Según el exembajador de Colombia ante la OEA, Julio Londoño, “si bien el ELN no tiene la misma fuerza que las Farc, sus acciones han sido muy similares en términos de violación de Derechos Humanos” .“Es muy importante erradicar el conflicto armado que tiene raíces políticas, para que las autoridades puedan encargarse de combatir a los actores violentos como los narcotraficantes”, así lo afirmó el director de la Campaña Contra las Minas Antipersonal y desmovilizado del M-19, Álvaro Jiménez Millán.
Se pueden aprovechar los acuerdos alcanzados en procesos anteriores con esta misma guerrilla. Al respecto el ex comisionado de Paz, Camilo Gómez explicó que “en los diálogos que realizó el gobierno de Álvaro Uribe se lograron avances y acuerdos sobre la mesa que se pueden retomar”. En esta ocasión el diálogo con el ELN cuenta con el apoyo de las Farc, cosa que no ocurrió en procesos anteriores. De acuerdo con el ex viceministro de Defensa, Rafael Guarín “cuando se realizaron estos diálogos, las Farc se opusieron férreamente a cualquier negociación con Álvaro Uribe y esto ayudó a dañar el proceso”.
Sin embargo, no todo es bueno, hay algunas dificultades que el Gobierno deberá sortear en caso de querer iniciar este nuevo proceso también podemos encontrar puntos en contra de dichos diálogos de paz como lo es la necesita que el ELN muestre gestos de paz. De acuerdo con el exembajador Julio Londoño uno de estos podría ser la liberación del canadiense Jernot Wolbert, porque “no se puede negociar con un grupo que aún tenga secuestrados en su poder”.
El ELN tiene que comprometerse a dejar la violencia. Para el ex viceministro de Defensa, Rafael Guarín “las afirmaciones de esta guerrilla de seguir secuestrando extranjeros no ayudan a crear un ambiente de paz”. La incorporación paralela o conjunta del ELN va a hacer mucho más complejo el proceso. Según el director de la Campaña Contra las Minas Antipersonal, Álvaro Jiménez, “esto puede deshacer acuerdos hechos y alargar mucho el proceso”.
La constituyente se convocaría sin que haya dejación de armas. Para el ex viceministro Rafael Guarín “el hecho de que las Farc y el ELN se unan para pedir una constituyente en el proceso de paz, puede generar que ésta se convoque sin que estos grupos dejen las armas.
Ya para finalizar se puede decir que las negociaciones están avanzando, pero quizá no lo suficientemente rápido, aunque es positivo que no se hayan cancelado y se den pasos de progreso. “Esto es lo más lejos que jamás se haya llegado en el camino para terminar nuestra guerra”, pero algo si tenemos que saber y es que si no hay perdón no hay nada , para hacer la paz primero hay que perdonar.
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